Raíces de dominación española en América (Alejandro VI: Vicecanciller de la Nueva Inquisición y Papa de la Donación)
A finales del siglo XV ocurre un hecho que marcó la historia universal y que según su visión eurocéntrica constituye el salto de la “edad media” a la “edad moderna”. Éste hecho transcendental fue la donación perpetua de América: de todas y cada una de las islas y tierras desconocidas por Europa halladas por los enviados de los “Reyes Católicos”, así como también las encontradas por sus herederos y sucesores en el futuro.
En este orden de ideas, se puede decir que el Papa Alejandro VI “legalizó” el genocidio y saqueo de América en nombre de Dios según lo establecido en el “derecho divino”, mediante la emisión de la “Primera Bula Inter caetera” del 3 de mayo de 1493, documento del cual citaremos algunos párrafos más adelante para su análisis.
Pero es necesario iniciar este escrito preguntándose: ¿Quien fue Alejandro VI? Su nombre era Rodrigo de Borja, o Borgia en italiano. Perteneció a una acaudalada y poderosa familia de la localidad de Borja, en la provincia de Zaragoza (España). Rodrigo descendía de dos ramas nobles una aragonesa y otra catalana que participaron en la conquista de la taifa de Valencia (reinado musulmán) a principios del siglo XIII siendo recompensada su familia con tierras y títulos nobles en el nuevo Reino de Valencia.
Los Borjas o Borgias adquirieron gran poder en Italia desde que su tío Alfonso de Borja fue nombrado Papa en 1455 adoptando el nombre de Papa Calixto III. (En los siguientes párrafos me referiré al apellido original Borja con su preferencia italiana “Borgia”, que es como se conoce comúnmente en la historiografía y literatura).
Para entrar en contexto se debe recordar que a finales del siglo XV Italia no existía como Estado. Las familias de la nobleza gobernaban las provincias tratando de ampliar sus territorios y poder apoyados por España o por Francia. Para tal objetivo la influencia de la Iglesia Católica era determinante en el orden del mundo cristiano.
En 1457 Rodrigo Borgia fue nombrado Vicecanciller de la Iglesia por su tío Calixto III, el cargo más importante y de mayor poder después del Papa, siendo considerado el “canciller de Dios en la tierra”. Es de resaltar que Rodrigo logró mantener este cargo durante 35 años, hasta 1492 cuando fue elegido Papa adoptando el nombre pontificio de Alejandro VI. Los cuatro papas que sucedieron a su tío: Pío II (1558 – 1464), Paulo II (1464 – 1471), Sixto IV (1471 – 1484), e Inocencio VIII (1484 – 1492), lo ratificaron como Vicecanciller de la Iglesia, lo que hace ver el gran poder e influencia que ejercía dentro de la jerarquía eclesiástica.
Siendo Vicecanciller de la Iglesia, Rodrigo negoció en 1471 le legalización del matrimonio entre Isabel, futura monarca de Castilla, y Fernando, futuro heredero del Reino de Aragón. Para la época estaba prohibido por la Iglesia el matrimonio entra parejas con vínculos hasta el tercer grado de consanguinidad. Fernando e Isabel eran primos segundos, por tal razón para contraer matrimonio debían contar con permiso del Papa.
Hay que tener presente que Isabel y Fernando contrajeron matrimonio en 1469 utilizando una autorización falsa atribuida al Papa Pio II que había fallecido cinco años antes, la falsificación fue descubierta y produjo un gran escandalo en los reinos de Castilla y Aragón. Aprovechando esta situación, Rodrigo como Vicecanciller de la Iglesia negoció el reconocimiento del matrimonio ante el Papa Sixto IV a cambio de que éstos, de lograr sus aspiraciones de acceder al trono, concedieran la ciudad de Gandía y el titulo de Duque a su hijo Pedro Luis Borgia.
Es así como Isabel y Fernando obtienen el reconocimiento papal de su matrimonio en 1471 y después de coronarse monarcas de Castilla, León y Aragón (1479) cumplen su trato con Rodrigo en 1485. (Aunque el titulo de “Reyes Católicos” fue concedido a Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla por el mismo Alejandro VI en 1496, en los párrafos siguientes me referiré a estos dos monarcas como los “Reyes Católicos” para simplificar espacio de escritura).
También Rodrigo Borgia usó su influencia para que el Papa Sixto IV, mediante la Bula del 1 de noviembre de 1478, autorizara a los “Reyes Católicos” para establecer la inquisición. Es así como, los tribunales inquisitorios progresaron con fuerza y a partir de 1483 contaron con un órgano centralizador y dirigente: El Consejo de la Suprema y General Inquisición, que regía los tribunales inquisitorios tanto en Castilla como en Aragón, siendo el único en la monarquía con jurisdicción sobre las dos coronas, extendiéndose a todos sus reinos y territorios.
Es de gran importancia resaltar que a diferencia de la “Santa Inquisición” o Inquisición medieval del siglo XIII, cuyas autoridades eran designadas directamente por el Papa, las diligencias del Vicecanciller de la Iglesia Rodrigo Borgia lograron que el Papa autorizara a los “Reyes Católicos” para nombrar las autoridades de los tribunales inquisitorios. Esta diferencia convirtió a la “Nueva Inquisición” en un poderoso y cruel instrumento a favor de la monarquía.
En el año 1492 van a suceder tres hechos históricos de impacto universal: a) el 2 de enero los “Reyes Católicos” ocupan el último enclave musulmán en Europa, el Reino de Granada e intensifican la inquisición contra musulmanes y judíos; b) Rodrigo Borgia, luego de ejercer 35 años el cargo de Vicecanciller de la Iglesia es investido como Papa adoptando el nombre pontificio de Alejandro VI en agosto; y c) Cristóbal Colón enviado por los “Reyes Católicos” llega a tierras de inmensas riquezas desconocidas por Europa en octubre de aquel año.
Una vez investido Rodrigo Borgia como el Papa Alejandro VI el 11 de agosto de 1492, éste usó el Estado Pontificio para su beneficio y el de su familia. A sabiendas que su condición de extranjero (español) y que las políticas expansionistas de la Corona de Aragón en tierras itálicas causaban su rechazo entre las familias más poderosas de Roma, trató de consolidar su poder en Italia como noble para asegurar la sucesión hereditaria de los gobernantes y no como eclesiástico que dependían de la designación del Papa. Este objetivo trató de alcanzarlo principalmente a través de su hijo Cesar Borgia que se convirtió en príncipe gobernante de muchos territorios de la Romaña en el centro de Italia.
Para fortalecer su poder Alejandro VI contó con el apoyo de los “Reyes Católicos” quienes estaban en deuda con él, y para estrechar éste vinculo de interés mutuo Alejandro VI les concedió un tercer favor de consecuencias transcendentales en la historia universal, a través de la Bula “Inter caetera” emitida el 3 de mayo de 1493 conocida como la “Bula de la Donación” que va a “legalizar” por “mandato divino” el genocidio y saqueo de América. Fragmentos de este documento papal expresan lo siguiente:
Al queridísimo hijo de Cristo Fernando y a la queridísima hija de Cristo Isabel, ilustres reyes de Castilla, León, Aragón; salud y bendiciones apostólicas… Nos hemos enterado en efecto que desde hace algún tiempo os habéis propuesto buscar y encontrar unas tierras e islas remotas y desconocidas y hasta ahora no descubiertas por otros, a fin de reducir a sus pobladores a la aceptación de nuestro Redentor y a la profesión de la fe católica…habéis enviado al amado hijo Cristóbal Colón con navíos y con hombres convenientemente preparados, y no sin grandes trabajos, peligros y gastos, para que a través de un mar hasta ahora no navegado buscasen diligentemente unas tierras remotas y desconocidas…
…en algunas de las islas y tierras ya descubiertas se encuentra oro, aroma y otras muchas materias preciosas de diversos géneros y calidad. Por todo ello pensáis someter a vuestro dominio dichas tierras e islas y también a sus pobladores y habitantes reduciéndolos – con la ayuda de la divina misericordia – a la fe católica, tal como conviene a unos reyes y príncipes católicos…
…Y para que – dotados con la liberalidad de la gracia apostólica – asumáis más libre y audazmente una actividad tan importante… haciendo uso de la plenitud de la potestad apostólica y con la autoridad de Dios omnipotente que detentamos en la tierra y que fue concedida al bienaventurado Pedro y como Vicario de Jesucristo, a tenor de las presentes, os donamos concedemos y asignamos perpetuamente, a vosotros y a vuestros herederos y sucesores en los reinos de Castilla y de León, todas y cada una de las islas y tierras predichas y desconocidas hasta el momento que han sido halladas por vuestros enviados y las que se encontrasen en el futuro … junto con todos sus dominios, ciudades, fortalezas, lugares y villas, con todos sus derechos, jurisdicciones correspondientes y con todas sus pertenencias; y a vosotros y vuestros herederos y sucesores os investimos con ellas y os hacemos señores de las mismas con plena, libre y omnímoda potestad, autoridad y jurisdicción… Y bajo pena de excomunión en la que incurrirá quien atente lo contrario, prohibimos severamente a toda persona de cualquier dignidad, estado, grado, clase, o condición, que vaya a esas islas y tierras después de que fueran encontradas y recibidas por vuestros embajadores o enviados con el fin de buscar mercaderías o con cualquier otra causa, sin especial licencia vuestra o de vuestros herederos y sucesores».[1]
Esta Bula fue la partida de nacimiento de la primera potencia transoceánica de la historia moderna, iniciando una nueva era en el comercio donde sus promotores Isabel I y Fernando II a quienes el Papa Alejandro VI concedió un cuarto favor otorgándole el titulo de “Reyes Católicos” en 1496, tenían el monopolio de las rutas comerciales atlánticas y se beneficiaron de las inmensas riquezas saqueadas en América logrando el poder económico para mantener un poderoso ejército artillado y la institución de la Inquisición que perduró por más de 350 años (1478 – 1834).
Una institución tan cruel como la Inquisición solo podía ser sostenida tanto tiempo por un poderoso ejército para hacer cumplir sus sentencias. Ocurría que antes del saqueo de América, los impuestos cobrados a los súbditos europeos para mantener la fuerza militar imperial causaron algunas revueltas en los territorios gobernados por los “Reyes Católicos”, cuestión resuelta por los recursos obtenidos en el “nuevo mundo”.
Es así como la “Nueva Inquisición”, los recursos económicos obtenidos por el monopolio de las rutas comerciales atlánticas con recursos sustraídos del continente americano y la formación de un poderoso ejército imperial, permitieron a los “Reyes Católicos” unificar casi por completo a la península ibérica bajo su única dinastía.
La “Bula de la Donación” también dio origen a lo que se conoció como Patronato de Indias: la total autoridad delegada por el Papa a los “Reyes Católicos” para designar las autoridades eclesiásticas, militares y civiles en América, incluyendo a las de la “Nueva Inquisición” que fue instaurada en sus colonias a partir de 1570.
En otro orden de ideas, diversos historiadores y politólogos consideran que las ideas políticas fundamentales de Nicolás Maquiavelo expresada en su obra El Príncipe (escrita en 1513) fueron inspiradas por Alejandro VI y su hijo Cesar Borgia. Es así como sus polémicos consejos de incumplir la palabra empeñada cuando convenga al gobernante, el “buen uso de la crueldad”, la preferencia de ser temido a ser amado y la utilidad del engaño en la política son ilustrados en su obra mediante acciones de Alejandro VI y Cesar. Algunos testimonios de Maquiavelo en El Príncipe son los siguientes:
Alejandro VI, el cual – a diferencia de todos los demás pontífices que han existido – mostró hasta que punto un papa podía ampliar su poder haciendo un uso correcto del dinero y de la fuerza”.[2]
No puede por tanto un señor prudente – ni debe – guardar fidelidad a su palabra cuando tal fidelidad se vuelve en contra suya… se podría dar de esto infinitos ejemplos modernos, y mostrar cuantas promesas han permanecido sin ratificar y estériles por la infidelidad de los príncipes, y quien ha sabido hacer mejor la zorra ha salido mejor librado… No quiero callarme uno de los ejemplos más frescos: Alejandro VI no hizo jamás otra cosa, no pensó jamás otra cosa que en engañar a los hombres y siempre encontró con quien poderlo hacer”.[3]
En base a lo expuesto hasta aquí, se ratifica la importancia del conocimiento histórico para ampliar nuestro horizonte interpretativo del presente, ejercitar la memoria crítica y construir el imaginario colectivo. Es así como, al investigar algunos aspectos fundamentales de la vida de Rodrigo Borgia, de los llamados “Reyes Católicos” y de la “Bula de la donación” nos permite comprender mejor algunos comportamientos 528 años después especialmente el de la clase gobernante española y el de la jerarquía de la Iglesia Católica en Venezuela.
También nos permite entender porqué producto del movimiento revolucionario del 19 de abril de 1810 se conformó la “Junta Protectora de los Derechos de Fernando VII” y porqué el joven Simón Bolívar se reveló contra la perpetua donación de América a España en nombre de Dios en su discurso pronunciado ante la Sociedad Patriótica el 3 de julio de 1811:
Que debemos atender a los resultados de la política de España… Esas dudas son tristes efectos de las antiguas cadenas. ¡Que los grandes proyectos deben prepararse en calma! Trescientos años de calma ¿no bastan? … Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es perdernos”.[4]
A quinientos veintiocho años de “la donación” y doscientos años de la gloriosa Batalla de Carabobo, decimos en unión cívico militar, sin dudas y sin temores:
¡YA BASTA, INDEPENDENCIA O NADA!
[1] La primera “Bula Inter caetera” Alejandro VI. 3 de mayo de 1493. En http://www.artic.ua.es/biblioteca/u85/documentos/1572.pdf[Consulta: 23 de abril 2021].
[2] Maquiavelo, El Príncipe, Editorial Aguilar, Madrid, 2010, p.93. [Trabajo original escrito en 1513].
[3] Ibídem, pp. 119 – 120
[4] Documento 85. “Discurso pronunciado el 3 de julio de 1811 en la Sociedad Patriótica de Caracas, por el Coronel Simón Bolívar”. Disponible en http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/buscador/spip.php?article1280 [Consulta: 27 de abril 2021]
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